El ultrasonido obstétrico realizado durante el segundo trimestre del embarazo cumple una función crucial en la evaluación anatómica y funcional del feto. Este estudio, también conocido como ultrasonido morfológico, se lleva a cabo entre las semanas 18 y 22 de gestación y permite detectar posibles malformaciones, confirmar el crecimiento fetal adecuado y supervisar el entorno intrauterino. Es una herramienta esencial dentro del control prenatal que proporciona información diagnóstica de gran valor tanto para el médico como para los padres.
Evaluación detallada de la anatomía fetal
Uno de los objetivos principales del ultrasonido obstétrico del segundo trimestre es examinar de manera sistemática los órganos y estructuras del feto. El especialista analiza el cerebro, la médula espinal, la cara, el tórax, el corazón, el abdomen, los riñones, la vejiga, los huesos largos y las extremidades. Esta evaluación minuciosa permite identificar defectos estructurales como malformaciones cardiacas, espina bífida, labio y paladar hendido, malformaciones renales, entre otras.
Detectar estas alteraciones de forma temprana brinda la oportunidad de planificar intervenciones médicas o quirúrgicas, preparar al equipo neonatal para una atención especializada y ofrecer consejería genética a la familia si fuera necesario.
Supervisión del crecimiento fetal
El ultrasonido obstétrico de segundo trimestre también permite obtener mediciones precisas del diámetro biparietal, la circunferencia cefálica, la circunferencia abdominal y la longitud del fémur. Con estos parámetros, el médico puede estimar el peso fetal y confirmar si el desarrollo es acorde con la edad gestacional.
La identificación de retraso en el crecimiento intrauterino o, por el contrario, un crecimiento acelerado, puede indicar la necesidad de un seguimiento más estrecho y de estudios complementarios para descartar patologías como preeclampsia, diabetes gestacional o infecciones congénitas.
Revisión de la placenta, el líquido amniótico y el cordón umbilical
Además del feto, el ultrasonido obstétrico en esta etapa evalúa el estado del entorno intrauterino. Se verifica la ubicación y aspecto de la placenta para descartar inserciones anómalas como la placenta previa, que puede afectar la vía del parto. También se analiza el volumen de líquido amniótico, ya que su disminución o exceso puede asociarse con complicaciones fetales.
El cordón umbilical es otro componente clave, y durante el estudio se confirma la presencia de sus tres vasos (dos arterias y una vena), así como su inserción placentaria. Estas observaciones ayudan a prever condiciones que puedan afectar el suministro de oxígeno y nutrientes al bebé.
Determinación del sexo fetal y vínculo familiar
Aunque no es la finalidad principal del estudio, el ultrasonido obstétrico del segundo trimestre también permite, en la mayoría de los casos, conocer el sexo del bebé si la posición fetal lo permite. Este momento suele ser significativo para los padres, ya que fortalece el vínculo afectivo y la preparación emocional para el nacimiento.
La vigilancia del embarazo mediante estudios adecuados mejora los desenlaces maternos y perinatales. Agenda tus estudios médicos, realiza tus pruebas de laboratorio y paga en línea para obtener beneficios exclusivos. Tu salud y la de tu bebé merecen una atención especializada desde el primer momento.