El ultrasonido obstétrico de primer trimestre es una herramienta diagnóstica esencial en el seguimiento temprano del embarazo. A través de este estudio, se obtienen imágenes detalladas del útero y del desarrollo inicial del embrión o feto, lo que permite confirmar la evolución adecuada del embarazo y detectar posibles complicaciones desde etapas muy tempranas. Su realización es segura, no invasiva y ofrece información clave para el manejo clínico.
Confirmación del embarazo intrauterino
Uno de los primeros objetivos del ultrasonido obstétrico en el primer trimestre es verificar que el embarazo esté localizado dentro del útero. Esta evaluación es particularmente importante para descartar embarazos ectópicos, que ocurren fuera del útero y representan una urgencia médica. A partir de la semana 5 o 6 de gestación, es posible visualizar el saco gestacional y el saco vitelino.
Posteriormente, se puede identificar el embrión y observar su actividad cardiaca, lo cual confirma la viabilidad del embarazo. La presencia de latido fetal suele detectarse por ultrasonido transvaginal desde la semana 6, y por vía abdominal a partir de la semana 7 o 8.
Estimación precisa de la edad gestacional
Durante las primeras semanas del embarazo, el ultrasonido obstétrico es el método más confiable para calcular la edad gestacional. Esto se realiza midiendo la longitud cráneo-caudal del embrión (LCC), un parámetro que ofrece alta precisión para determinar la fecha probable de parto, especialmente cuando la mujer no recuerda la fecha de su última menstruación o presenta ciclos menstruales irregulares.
Una correcta estimación de la edad gestacional permite programar con exactitud los estudios posteriores y evitar diagnósticos erróneos de crecimiento fetal anormal.
Detección de embarazos múltiples y malformaciones
El ultrasonido obstétrico del primer trimestre también permite identificar si se trata de un embarazo múltiple, así como el tipo de gestación gemelar (bicorial o monocorial), información crucial para definir el seguimiento clínico. Además, se puede observar la forma del saco gestacional, el número de embriones y la presencia de estructuras embrionarias normales.
Aunque el diagnóstico de malformaciones estructurales mayores se realiza en el segundo trimestre, en algunos casos pueden detectarse alteraciones tempranas que ameritan vigilancia estrecha o estudios complementarios. La medición de la translucencia nucal entre las semanas 11 y 14 ayuda a evaluar el riesgo de cromosomopatías como el síndrome de Down.
Evaluación del entorno intrauterino
Además del embrión, el ultrasonido obstétrico permite examinar el útero, los ovarios y el cuello uterino. Se pueden identificar miomas, quistes o malformaciones uterinas que podrían influir en la evolución del embarazo. También se evalúa la implantación del saco gestacional y se descartan signos de amenaza de aborto, como hematomas subcoriónicos.
El ultrasonido obstétrico temprano ofrece una visión integral del inicio de la gestación y permite actuar de manera preventiva ante cualquier alteración. Agenda tus estudios médicos y cuida tu salud desde el inicio del embarazo. Paga en línea y aprovecha beneficios exclusivos. Tu bienestar y el de tu bebé son lo más importante.
Uno de los objetivos principales del ultrasonido obstétrico del segundo trimestre es examinar de manera sistemática los órganos y estructuras del feto. El especialista analiza el cerebro, la médula espinal, la cara, el tórax, el corazón, el abdomen, los riñones, la vejiga, los huesos largos y las extremidades. Esta evaluación minuciosa permite identificar defectos estructurales como malformaciones cardiacas, espina bífida, labio y paladar hendido, malformaciones renales, entre otras.